Mucho se ha escrito sobre al-Andalus, la Luz de Occidente. La presencia musulmana en la Península Ibérica es, sin lugar a dudas, uno de los hitos fundamentales de su historia, y aún hoy en día sigue empapando su propia esencia. Los ochocientos años de presencia musulmana en su solar, en situación de preeminencia o de sometimiento, permitió que en la misma se desarrollase una civilización sin parangón en la Europa Occidental, donde florecieron una pléyade de poetas, filósofos y científicos que influyeron en gran medida en el posterior desarrollo de la cultura de la cristiandad europea. A esta trascendental época viene dedicada la primera parte de la presente obra.
Una segunda parte de la misma, bajo el genérico nombre de las diásporas, estudia los principales movimientos de población que históricamente se han producido entre ambos mundos tras el final de la Reconquista cristiana del territorio andalusí. A las oleadas emigratorias medievales, se sumará posteriormente la expulsión de los cristianos nuevos de origen musulmán, los moriscos, dirigida principalmente hacia el norte de África. Este será también uno de los principales destinos de la otra gran diáspora de la historia moderna, la hebrea, junto con el Imperio Turco Otomano, y los países islámicos el hogar de buena parte de los sefardíes expulsados hasta el siglo XX.
Se estudia asimismo la presencia de población cristiana o de este origen en el área mediterránea, tanto en la Edad Moderna, con los numerosos cautivos y renegados que se encontraban en los diferentes puertos corsarios, como el importante movimiento migratorio que se producirá desde el Levante español hacia la colonia francesa de Argelia en los siglos XIX y XX. Otro de los capítulos de esta parte viene dedicada a la emigración árabe a los países iberoamericanos, de gran influencia en el devenir posterior de estas repúblicas, y a su principal manifestación cultural, la literatura del Mayhar meridional, un movimiento de renovación de la poesía árabe en general que entronca con la tradición andalusí.
Otra de las partes del presente libro viene referida a la expansión de los modernos estados de España y Portugal por territorios islámicos, tanto en el área mediterránea como en la costa africana y en el continente asiático. En la misma se estudiará el largo y cruento conflicto entre las dos potencias hegemónicas del momento, la monarquía hispánica y el imperio otomano, la actividad del corso en ambos contendientes y la instalación de presidios en la costa africana, de los que son supervivientes las actuales Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla.
La enorme extensión del imperio comercial portugués en los siglos XVI y XVII, que circunvala el mundo islámico, será también objeto de estudio en este apartado, así como el gobierno español del archipiélago filipino y las relaciones con los moros hasta finales del siglo XIX. Otros capítulos se dedican al colonialismo español en el norte de África, con la instauración del Protectorado de Marruecos y el gobierno y la inacabada descolonización del Sahara Occidental.