Las revueltas que han tenido lugar a principios de año en Egipto y Túnez y que en ambos casos han provocado la caída del régimen, han abierto un periodo de transición que intenta refundar el orden político y jurídico de ambos países. Se trata de un complejo proceso constituyente en el que muchos elementos deberán tenerse en cuenta.
El debate acerca de la reforma de los Estados en el norte de África y la transición democrática se enmarca en un proceso que se había iniciado ya en algunos países de la región. Las revueltas populares han precipitado reformas también en Argelia y Marruecos, donde ya se estaban produciendo ciertos cambios.