¿Qué papel pueden desempeñar los países del Norte de África en un mundo en el que el equilibrio del poder económico y político ha cambiado y sigue cambiando de una forma que pocos en Occidente han advertido y muchos aún se niegan a reconocer? Este cambio está obligando a Europa y a América del Norte a tener en cuenta el punto de vista de unos países que, hace tan solo una generación, no contaban para nada desde el punto de vista económico. Se trata de un proceso doloroso. En Europa algunos han optado por esconder la cabeza bajo el ala y siguen utilizando argumentos que tienen muy poco sentido en 2010; otros parecen espantados por lo que consideran una pérdida de supremacía de los intereses económicos occidentales, tras tres largos siglos de dominación.